EL DESARROLLO ECONOMICO DE LA VILLA

La pequeñez del mercado ponía en serias limitaciones la productividad agrícola en el siglo XIX, por entonces sólo se exportaba algo de trigo al Perú desde la hacienda más cercada a los puertos de embarque.

La Villa de Bulnes rica en agricultura aumentó la producción de trigo, se introdujeron nuevas cepas de viñedos, nuevos cultivos y nuevas razas de ganados, se invirtió en obras de regadío. Los hacendados tuvieron que disponer también de una mayor fuerza de trabajo, se introdujo el salario en dinero para atraerlos ante la creciente demanda de mano de obra.

En la Villa vivían y llegaban respetadas familias como Rafael de la Sotta, Ignacio Urrutia Carvajal, Manuel Palacios, José Miguel Ureta, Carlos y Víctor Alamos, José Rafael Benavente, Apolinario Puga, Juan Agustin Hurtado, Ignacio Brunet, José Bernardo Paredes, Angel Bustos Ojeda, Ricardo Troncoso Fernández, José Antonio Troncoso, Placido Argomedo, Juan Segundo del Canto, Federico Puga, Domingo 2º Luco, entre otros, que le dieron el desarrollo económico que necesitaba.

En 1875 había un total de 45 molinos en la Provincia cuya producción iba al mercado local y nacional, a fines del siglo XIX existían en la Villa de Bulnes 4 Molinos:

- El Molino Goldemberg de Carlos Goldemberg, comerciante de origen alemán, residente en Chillán. Compró este Molino al Banco de Valparaíso en la suma de $55.000, en 1884 ocupaba 28 trabajadores y la producción llegaba entre harina y afrecho a 22.000 qq. anuales.

- Molino El Cóndor de Ricardo Troncoso Fernández, ubicado a 2 cuadras al oriente de la Estación en calle Arturo Prat, donde trabajaban 12 trabajadores y tenía una producción de 11.000 qq anuales. Después de 117 años el Molino continúa en el mismo lugar y conserva su nombre, por supuesto con un nuevo edificio e infraestructura. En la actualidad su dueño es el doctor Demetrio Yanine Abadi.

- Molino JM Orellana ocupaba 8 trabajadores y producía 2.900 qq anuales.

- Molino R M Riquelme ocupaba 10 trabajadores con una producción de 3.800 qq anuales entre harina y afrechillo.

En cuanto a los canales de regadío, en 1873 los agricultores se surtían del Estero Gallipavo que tenía un buen caudal y de éste salían 6 canales anexos, en este tiempo destacaban los Fundos de San Javier, Coltón, Las Nieves, Santa Rosa, Buena Vista, Palpal, Patagual, Libuy, Roble, Larqui, El Faro y el Nilo. Por ejemplo, en el Fundo San Javier de Ignacio Urrutia Carvajal, tenía una producción de trigo que llegaba a 7.200 qq, además tenía una gran cantidad de maquinas agrícolas, su número llegaba a 9 entre trilladoras y secadoras, ocupaba normalmente 50 trabajadores y tenía una masa ganadera compuesta por 388 vacunos, 100 caballeres y 400 ovejunos, el número total de plantas de viña que poseía alcanzaba a 30.000, también producía papas, linaza y otros cultivos. Estos Fundos le dieron a la Villa el desarrollo económico que necesitaba, que se vio reflejado posteriormente en el comercio con la llegada de casas comerciales de gran prestigio.